miércoles, 27 de julio de 2011

La Corte Real

La impresionante Corte Real se encuentra en el Alcázar de Toledo, y es el nombre que recibe los cerca de un centenar de nobles que permanentemente se encuentran allí como representantes de sus familias, o como delegados momentáneos para solucionar problemas, o buscar matrimonios, o cualquier otra razón. Es el centro de la política Medinaceli, pero también en gran medida el centro de la política real, y los embajadores de las Casas Ducales tienen representantes permanentes, así como los Reinos vecinos.

No es exactamente un lugar físico, ya que la Corte se reúne en los salones de palacio, en los jardines, e incluso en las tabernas más prestigiosas de la ciudad. Sin embargo, todo el que es alguien de verdad es capaz de participar en el centro de la política real, que se da en el Salón de las Cinco Banderas, conocido también como el Salón Real.

Este es un Salón muy amplio, rectangular, con columnas cada dos metros que marcan un pasillo. Desde la derecha entra el sol por amplios ventanales que dan sobre la ciudad que se encuentra enfrente. Al final del salón, sobre un pedestal, hay cinco tronos pequeños para los cinco miembros del Concilio del Rey, y sobre un estrado se encuentra el confortable y rico trono del Rey y uno vacío para la Reina cuando llegue el momento.

Tras ellos están los cinco estandartes que dan nombre a la sala, y que corresponden a cada una de las Casas Ducales. Todas entregaron uno voluntariamente para el salón, excepto la Alarcón, cuyo estandarte fue el que el primer Rey Medinaceli tomó en el campo de batalla.

Es en este regio emplazamiento donde se producen la mayor parte de las grandes acciones políticas de alance general, ya que los delegados de los Duques suelen ser habilidosos políticos capaces de defender los intereses de su Casa. Pero no sólo ellos juegan, sino que en la Corte hay muchos más actores, desde el resto de los miembros de la familia real, a numerosos Condes y Marqueses defendiendo sus intereses o intentando ganarse el favor de alguien importante en la Corte.

Pero la Corte no es únicamente política y conflicto, sino que en ella hay espacio también para una Corte del Amor (dirigida por Fatima de Olivares, la joven esposa del Duque Jorge de Medinaceli), así como pruebas de danza o canto, duelos de exibición (o no tanto), torneos, caza y cualquier otro entretenimiento que exista en el Reino. Solo los mejores suelen actuar en la Corte Real ante el Rey, pero todos actúan a menudo en las salas aledañas ante nobles menores, tratando de labrarse fama suficiente como para que les soliciten las grandes figuras.

Se vaya donde se vaya en la Corte Real, siempre hay algunos miembros de la Guardia Real a la vista, a mayores de los guardias habituales del Alcázar.

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