miércoles, 27 de julio de 2011

Personaje: Cardenal Jordi de Cruilles

Jordi de Cruilles nació el 31 de Diciembre de 1270, al borde del cambio de año. Segundo hijo de la familia, su destino estuvo sellado desde pequeño, y en seguida se fue encaminando su educación hacia la Iglesia. Su infancia, sin embargo, fue movida, ya que era un chico muy activo que iba de un sitio a otro metiéndose en problemas por sus travesuras. Lo cual hizo que rápidamente fuese enviado a un monasterio donde aprender su oficio y le impartiesen disciplina.

Le costó adaptarse a los tiempos pausados y controlados de la vida monacal, a la regla y las normas de los Dominicos. Pero, tras un accidente en la huerta en que se rompió una pierna, tuvo que pasarse una larga temporada encamado. Fue entonces cuando aprendió la moderación y la calma que hoy en día le acompañan, y con ellas la entrega, el deber, y la claridad necesarias para ser eficaz.

Con estas lecciones, su carrera en la Iglesia fue meteórica. Desde que terminó el seminario a los 16 años fue puesto a actuar como secretario de su tío, su predecesor como Cardenal de Toledo. Allí, en la capital, aprendió todos los entresijos del poder, de la política y de la riqueza. Vio la forma de actuar de los diplomáticos Medinaceli, las iras de los Alba, las maquinaciones de los Jovellanos y los Alarcón, los trompicones de los Cruilles. Como asistente del confidente real, escuchó los rumores de la corte, los deslices de nobles y damas, las aventuras y los errores. Y los anotó todos en sus diarios cuidadosamente organizados.

Tres años más tarde, su tío murió, y él se convirtió en el Cardenal más joven de la historia de Hyspania. Y no sólo eso, sino que al ostentar el Cardenalato sobre Toledo es el principal y más influyente de los Cardenales, lo cual le ha granjeado enemigos y amigos por igual. La Orden de los Dominicos, sin embargo, es su principal sostén desde entonces, apoyándolo y viendo sus fuerzas incrementadas a medida que la estrella de Jordi continuaba su ascenso.

Sus conocimientos, los secretos atesorados y su saber le han hecho convertirse en un Cardenal de mucho éxito e inmenso poder. Así que a nadie sorprendió que, tras desempeñadar el cargo aparentemente sin mácula, hace dos años se lo nombrase en el Confesor del Rey al morir su predecesor, el Padre Anselmo. Y este es un cargo que le da una enorme influencia sobre la política del Reino, y en el que se mueve con soltura y habilidad pese a su juventud.

Aspecto: a sus 23 años, Jordi es un depredador de la Corte. Siempre vestido impoluto, cubierto de oro y símbolos que recuerdan su posición como Cardenal y hombre de Dios. Siempre viste de rojo, lo cual encaja bien con sus facciones enérgicas y jóvenes, dándole vivacidad al conjunto. Su porte es elegante y aristocrático, con una tez impoluta donde destacan dos ojos negros profundos e inteligentes y unos rizos del mismo color que escapan a toda tonsura. Además es un hombre alto, lo cual remarca su elegante delgadez. Siempre huele bien, ya que usa perfumes traídos para él desde Francia.

Status: 8, Confesor Real, Cardenal de la ciudad de Toledo y, por tanto, de las tierras de la familia Medinaceli, primero dentro del Cónclave de Cardenales, miembro del Concilio del Rey.

Personalidad: Jordi es un hombre suave y firme, capaz de negociar durante horas sin mostrar cansancio. Es un hombre comedido y con un enorme autocontrol, lo cual ha hecho que a menudo se lo considere como el clérigo ideal. Muchos subestiman su influencia y capacidad detrás de sus gestos suaves y casi amanerados, pues estos esconden a un político consumado que mantiene sus intereses muy claros. Lo que nadie tiene claro es si estos son su Casa, la Iglesia, o él mismo...

Virtud: Autocontrol.

Vicio: Ambición.

Política:
Jordi conoce bien el poder de las palabras, y sabe utilizarlas a la mayor expresión. Sin embargo, su ascenso le ha puesto en una posición complicada: con mucho potencial y mucho riesgo. Por un lado, está el dominio de la Orden Dominicana, que le ofrece mucho poder pero también lo ha enemistado con el Cardenal Ildefonso de Alarcón. Por otro, como Confesor Real se ve inmerso continuamente en las intrigas de las tierras Medinaceli y en torno al Trono, lo cual le permite obtener mucho poder pero también sitúa a menudo en posiciones complicadas al querer maximizar todo beneficio aunque pueda suponer riesgos. Finalmente, como Cruilles que es, está más que interesado en que su familia recupere su posición de poder perdida con los recientes eventos, de modo que presiona a menudo favoreciendo a los suyos.

Familia Relevante:
Ninguna conocida. Los rumores más extendidos en la corte sugieren que sigue siendo célibe y que se controla mucho con todos los pecados.

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