martes, 10 de mayo de 2011

La Guardia Real

El Alcázar de Toledo, castillo donde habitan tanto el Rey como el Duque de Medinaceli, es reputadamente el lugar más seguro de Hyspania. La razón de esto no es que haya muchos soldados, que los hay, ni que haya numerosos caballeros siempre dispuestos a demostrar su habilidad, que también. Se debe sobretodo a la más de una veintena de caballeros que ya lo han demostrado y que forman parte de la Guardia Real.

Es una institución que se creó hace varios siglos, cuando Emilio de Medinaceli era Duque y quería continuar asegurando la lealtad de los miembros de su Ducado. Entonces instituyó una tradición que dura hasta hoy, según la cual todo cuarto hijo de las Casas nobiliarias pasaría a servir en el palacio ducal: si era mujer, como dama de compañía de la duquesa, si era hombre como caballero de la Guardia Ducal. La idea era sencilla, por un lado educarlos para que fuesen leales para él y así vincular las Casas a la suya, y por otro tenerlos como rehenes en caso de que sus padres decidiesen cruzar la línea de la traición.

Y funcionó mucho mejor de lo que esperaba. No sólo unió a las Casas, sino que formó una de las unidades de combate con mayor reputación que existen en el Reino. Entrar a formar parte de la Guardia se convirtió en un honor, y ser una de las damas de compañía de la Reina o la Duquesa es ahora uno de los premios más deseados por los padres para sus hijas. Hoy en día no sólo los cuartos hijos forman parte, sino que muchos otros nobles Medinaceli (y, ocasionalmente, de otras Casas que buscan pagar favores a la Casa) han entrado a formar parte de la Guardia que mantiene el Alcázar seguro.

El uniforme de la Guardia es claramente reconocible, ya que se ha prohibido a todo el resto de los regimientos de Hyspania que usen su esquema de colores. Vesta negra y polainas violeta, los colores de la Casa de Medinaceli. Y en el pecho, bordado en dorado, una espada coronada de laurel. A mayores, son los únicos autorizados para portar armadura en el interior del Alcázar, aunque no suele ser frecuente que las lleven puestas.

En cuanto a su actual líder, se trata del Caballero Rafael de Vargas, cuarto tío del Conde de Vargas. A sus cincuenta y cuatro años algunos afirman que es ya mayor para el cargo, pero su habilidad con la espada no tiene rival en todo el Ducado, y algunos dicen que incluso en el Reino, y se mantiene en una envidiable forma física. Es, además, un hábil líder, capaz de inspirar respeto y tranquilidad con un gesto de sus cejas o un suave ademán de su mano. Parco de palabras, eso sí, le han apodado la Estatua de Acero en la corte, donde se ha granjeado con los años numerosos enemigos.

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