martes, 5 de octubre de 2010

Las Cortes del Amor

Mientras los hombres juegan al poder en las salas oficiales de los tronos y de las recepciones, las mujeres no suelen quedarse sentadas sin hacer nada. Mujeres ambiciosas e inteligentes han ido progresando en atraer influencia en su dirección, por medio de la creación de cortes parlelas, importadas parcialmente de nuestra querida Francia: las Cortes del Amor.

Inspiradas por mujeres como la Reina Helena, esposa de Luis I "El Leproso", estas mujeres fueron juntándose en pequeños grupos en las cortes de Duquesas y Condesas. Usualmente, los lugares de reunión eran las cámaras de las Señoras, o los jardines, donde chismorreaban y se contaban los asuntos de la Corte y del día a día. Sin embargo, estas conversaciones aparentemente intrascendentes pronto incluyeron temas de importancia como los matrimonios de los hijos, los rumores de los vecindarios, etc.

Al crecer en importancia, fueron solicitando que sus Casas consiguiesen entretenimiento, desde trovadores que cantaban para ellas, a juglares o poetas. Las crecientes Cortes del Amor se fueron convirtiendo en lugares de protección del arte, un arte activo y que se manifestaba en la vida de las nobles. Y pronto, comenzaron a intercambiarse pequeñas pullas, bromas e insultos velados a medida que ellas también comenzaron a participar en el juego y a enfrentarse entre sí en él.

Pero las apuestas aumentaron cuando los jóvenes nobles decidieron que en sus tiempos de ocio y entre batallas era divertido cortejar a las miembros de las Cortes del Amor. Así que se comenzaron a crear juegos, inicialmente inocentes, para que esos nobles demostrasen su sincero aprecio a la dama que cortejaban y su verdadero amor: componer poesías con referencias veladas a esa dama en particular, hacer hazañas osadas en su nombre, etc. Esto a ellas y ellos les divertía y daba renombre a la dama por la que más y mejores hazañas se llevaban a cabo, y ellas respondían con su interés a los caballeros. Muchas de las damas homenajeadas estaban casadas, lo cual subía las apuestas y la diversión de los juegos, pero normalmente los cortejos se quedaban en la diversión de los juegos en sí... aunque en ocasiones, las sábanas acabasen por convertirse en parte de los mismos.

Sin embargo, este sistema aparentemente sencillo ha ido evolucionando de modo que, en la actualidad, las grandes damas lo han convertido en un entretenimiento de apuestas muy elevadas. Las reputaciones de muchas de ellas se ponen en juego, y los favores que los caballeros están dispuestos a hacer pueden ser muy útiles políticamente en las manos adecuadas; todo esto ha conseguido crear una enorme circulación de favores, sentimientos y relaciones, capaces de ayudar a encumbrarse a caballeros poderosos e inteligentes que lo sepan usar, y a damas hábiles en los juegos del amor.

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