miércoles, 25 de mayo de 2011

Honor

Entre los habitantes de Hyspania hay cuatro consideraciones que muchos valoran por encima de sus propias vidas, y las resumen con el término honor. Es un término de gran importancia, especialmente entre los nobles. Los Alarcón son conocidos por ser la Casa que más valora estos cuatro principios, pero desde luego no son los únicos.

-Deber y Lealtad: todo señor tiene el deber de acudir en defensa de sus vasallos, y todo vasallo debe servir a su señor al menos tres meses al año. Sin embargo, de todas las características del honor, esta es la que más a menudo se viola, y la que más frecuentemente se renegocia. Así, las relaciones feudales verticales no son ley, sino que son hábito, y aquellos reyes que intentaron convertirlas en leyes se encontraron con numerosos problemas en sus Cortes hasta que desistieron. Eso si, no respetar las reclamaciones y demandas de los superiores puede ser motivo de una enorme pérdida de influencia y reputación en la Corte y ante los mismos superiores, lo cual implica que raramente se ignoran estos principios abiertamente.

-Mantener la Palabra: afirmar que harás algo, especialmente jurarlo, y no cumplir es considerado como la demostración más grande de deshonor que uno puede realizar. Eso no evita, desde luego, que la gente mienta, pero sí que son muy cuidadosos a la hora de jurar o prometer cosas que no están dispuestos a cumplir. Es muy habitual, casi esperado, que esto se una a la bravuconería y que los caballeros, especialmente los jóvenes, juren y prometan hacer grandes gestas.

-Vengar las Afrentas: cualquier insulto debe ser compensado de un modo u otro, como mínimo con una disculpa formal. Cosas más graves, o la negativa a ofrecer una disculpa, pueden llevar a duelos formales, o incluso venganzas en la sombra. Más de un caballero o villano ha muerto por culpa de las afrentas.

-Justicia y Valentía: impartir justicia y ser justo son dos mismas caras de la moneda, hacia el interior y el exterior, y son esperadas de todo caballero. En la misma manera se espera que sea valiente, arrojado y quizás ligeramente temerario. Que cualquiera ponga eso en duda suele considerarse una invitación a actuar, y es que en estas tierras del sur, la frase de "no hay huevos" funciona tanto entre los caballeros de más alta posición como los de la más baja, sobretodo si son jovenes.

Ante una ofensa al honor de cualquier tipo, lo normal es exigir una restitución. El modo más sencillo es pedir perdón públicamente, aunque eso puede no ser suficiente ante algunas ofensas más graves. Pueden exigirse compensaciones, desde monetarias a prisioneros o tierras, o incluso la solución por medio de duelo formal (o ilegal, llegado el caso). Por supuesto, también se puede solicitar un juicio si hay un Señor superior en rango y con jurisdicción sobre ambos, sino la Iglesia suele encargarse "a su manera". Finalmente, ha sido motivo de varios conflictos a lo largo de la historia, llegando incluso a las armas y a la guerra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario