lunes, 28 de marzo de 2011

Personaje: Ildefonso de Alarcón

Ildefonso de Alarcón es el actual Cardenal de Barcelona, y hermano pequeño del Duque Alfredo de Alarcón. Nació un 23 de Noviembre de 1242 en un parto difícil que por poco le cuesta la vida a su madre. Era un niño fuerte y robusto, y desde pequeño tuvo clara su vocación religiosa ya que notaba la llamada de Dios en su interior. Sin embargo, sería su hermano el que debía ocupar el lugar en la Iglesia, así que comenzó a entrenar en combate para convertirse en Templario.

Sin embargo, la muerte del hermano mayor cambió la vida de toda la familia, y cuando Alfredo fue llamado a la Corte para servir como Duque, Ildefonso fue reclamado por la Iglesia, algo para lo que estaba más que preparado. Sin embargo, su fé iba a ser puesta a prueba desde el principio. Así, fue a la semana de llegar al seminario que cayó enfermo de viruela, y las erupciones comenzaron a aparecerle por toda la cara. Fue encamado durante toda la duración de la enfermedad, y a punto estuvo de morir durante la misma. Sin embargo, resistió, y su fé se vio reforzada igualmente. Las marcas le quedaron en la cara, por supuesto, profundas cicatrices que le recuerdan continuamente que su vida está atada a los designios de Dios.

A partir de entonces, aprender en el seminario le fue fácil y se destacó pronto como un excelente estudioso, abandonando el entrenamiento del cuerpo y tomando el de la mente con idéntica disciplina. Y, una vez completado, comenzó a servir como Prior del Monasterio de la Asunción, en las cercanías de Tarragona, haciéndose con ello miembro de la Orden de los Franciscanos. Fue una decisión controvertida, en la medida en que la orden mendicante no es especialmente poderosa ni ingluyente, pero Ildefonso tenía claro que ahí era a donde Dios le llevaba.

A partir de entonces, su carrera en la Iglesia ha sido lenta, pero sólida y consolidada. Como todo miembro de una familia Ducal, su lugar como Cardenal estaba asegurado una vez alcanzase la edad y el conocimiento adecuado, y así fue en efecto. Incluso pese a los conflictos entre las órdenes religiosas, las más poderosas de las cuales no se sentían contentas con que un Franciscano tuviese un cardenalato.

Actualmente sirve como Cardenal y oficia misa en la catedral de Barcelona, aunque sigue residiendo la mayor parte del tiempo en el Monasterio de la Asunción, que considera su hogar.

Aspecto: con 51 años, Ildefonso es un hombre alto y fibroso, de cara firme y expresión decidida. Todo su aspecto transmite severidad, pero en cambio es firme y suave en el trato, lo cual crea una extraña contraposición. Su pelo ya es canoso y lo lleva cuidadosamente arreglado igual que su poblada barba. Sus ojos son negros, y muchos dicen que son iguales a los de su hermano, y sus labios carnosos raramente sonríen. Siempre lleva su ropa roja pulcramente cuidada pero sin grandes aspavientos y elementos decorativos ostentosos, sino que busca una cierta utilidad y comodidad en sus vestiduras. Como Franciscano que es, no tiene espacio para el lujo, y rararmente lleva nada de oro excepto un crucifijo que le dio su madre cuando entró en el seminario. Es alto y grande, aunque a esta edad ya su cuerpo ha perdido gran parte de la fuerza que lo caracterizaba en la juventud y ha quedado más fofo. Su cara y parte de su cuerpo aún muestran las marcas de la viruela que le aquejó hace tantos años.

Status: 7, Cardenal de la ciudad de Barcelona y, por tanto, de las tierras de la familia Cruilles.

Personalidad: Ildefonso es firme y callado, introspecto y carismático cuando habla. Lleva su vida entera dedicándose a la política eclesiástica en beneficio de la Iglesia, a la cual valora por encima de su propia familia, y eso le ha vuelto un audaz negociador y un poderoso intermediario. El poder a su mando siempre ha sido manejado con capacidad y cuidado, lo cual le ha granjeado el respeto de vasallos y enemigos por igual. La devoción de Ildefonso es enorme, y pocos compiten con ella incluso en el interior de la Iglesia.

Virtud: Firmeza.

Vicio: Lentitud.

Política:
Ildefonso de Alarcón es el baluarte de los Franciscano en Hyspania, y por tanto, la mayor parte de su tiempo lo emplea en la defensa de la órden. Cree realmente que su existencia ayuda al bien de la Iglesia, recordándole los orígenes humildes de Cristo de los que tanto se alejan el Papa y los demás altos cargos. Esto le enfrenta a menudo a los Dominicos y a la mayor parte de las otras órdenes, lo cual se acentúa al ser el Cardenal Jordi de Cruilles un Dominico y además de Cardenal el Confesor Real.

Familia Relevante:
Oficialmente ninguna, aunque los rumores señalan la existencia de algunos bastardos en las cercanías de su monasterio como posibles hijos suyos.

1 comentario:

  1. La ilustración del Cardenal la ha hecho Javier Bello Cortés, al que le agradezco enormemente el esfuerzo.

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