sábado, 31 de julio de 2010

Personaje: Manuel de Jovellanos

El mayor de los Duques, Manuel de Jovellanos nació un lluvioso abril de 1227, mientras su madre se encontraba de paseo por el interior de las tierras de la Casa. En la ciudad de Lugo, Manuel vio la luz por primera vez, hijo mayor de su Casa y, por tanto, heredero legítimo del título de Duque. Nacido en el seno de una familia más unida que la mayoría y que prestaba más atención a sus vástagos que las demás, Manuel fue un joven tranquilo y fervoroso, digno representante de su Casa.

Como era tradición, a los diecinueve años contrajo matrimonio con una Alarcón, Elvira, y ella rápidamente le dio el primero de sus hijos. Mientras tanto, él aprendía las artes del gobierno, y la defensa de sus tierras contra enemigos exteriores. Le fascinaron las fortalezas que su Casa había construido en las montañas y en torno a las ciudades, y desde joven hizo de mecenas de varios famosos arquitectos y constructores. Con su apoyo, dedicó muchos años a la construcción de ermitas y pequeñas iglesias por todas las tierras de su Ducado, a menudo como regalo a las familias menores vasallas.

Sin embargo, con el nacimiento de su tercer hijo se centró de nuevo en las tareas de gobierno, especialmente a medida que el envejecimiento de su padre lo retiraba más de la Corte. Tuvo que ver como la senilidad de su padre lentamente lo incapacitaba con el paso de muchos años, y eso es algo que lo fortaleció y dañó a partes iguales.

En cualquier caso, a partir de los treinta años Manuel de Jovellanos ya se encargaba del funcionamiento diario de su Casa y cinco años después, a medida que la memoria de su padre se desvanecía, ya se encargaba de todo menos de los actos públicos. Entonces sufrió su segundo revés, cuando la peste se llevó a su mujer. Nunca se ha vuelto a casar, ni ha mostrado interés en ello, pero ha cuidado a sus tres hijos como si en ello le fuera la vida.

Desde entonces, su familia y la Casa (ambas cosas que ve como la misma) han sido su prioridad, y ha participado en numerosas relaciones diplomáticas bien para asegurar la posición de su Casa, bien para intentar mantener el Reino en paz. Por tanto, ha actuado en muchas ocasiones como aliado de los Medinaceli, pero también mantiene la alianza con los Alarcón, y ambas Casas se encuentran ahora en una complicada situación, pues desconfían ambas de la Casa Jovellanos por su alianza con la otra. Sin embargo, no parece ser algo que preocupe a Manuel, que ha pasado más años entre Cortes que fuera de ellas, de un modo u otro, y al que a estas alturas apodan "El Viejo Pálido".

Aspecto: la piel de Manuel es frágil como un pergamino, pálida y surcada por numerosas arrugas de todas clases. Una palidez que se destaca aún más por su perpetuo luto, nadie sabe si por su padre o por su esposa. Su pelo es siempre blanco, y pese a que tiene una amplia calva en la parte superior, lo mantiene largo y cuidado, parejo con su barba y bigote. Su mirada es severa, dura, y el crucifijo de oro que lleva recuerda a todos su inamovible fé en Dios. Sus ojos son desconcertantes, por su tono azul que recuerda al hielo más que a otra cosa, tan poco habituales en Hispania. Su fragilidad y debilidad física, fruto de su edad, contrastan con los callos de años de uso de la espada de sus manos, y ocultan una destreza y fuerza mayor de la que muchos creen, y una inteligencia más despierta que la de muchos de su edad.

Status: 7, Duque de la Casa Jovellanos.

Personalidad: Manuel de Jovellanos es un hombre cuidadoso y paciente, pero a la vez también posee una fé inamovible en el Señor Todopoderoso. Esa fé le hace ser severo y duro, aunque suela ser justo, pero una vez que decide una ruta de acción raro es el hombre que le puede hacer cambiar de idea. Valora a la familia enormemente, y no tolera ninguna amenaza ni daño a sus hijos o nietos.

Virtud: Confianza.

Debilidad: Tozudez.

Política:
Manuel de Jovellanos está mayor y cansado, pero sabe que aún debe encargarse de su deber antes de que Dios le llame al otro mundo. Y su deber en la tierra es el de mantener la paz en el Reino, una paz que cada vez más se da cuenta de que se va a romper antes o después por un lado u otro. Así que mueve los hilos, advierte a la gente de los peligros que ve, y trata de minimizar el daño que los conflictos inminentes van a provocar en el Reino. Si la tormenta debe predecer a la calma, al menos que sea una tormenta ligera y primaveral.

Familia Relevante:
-León de Jovellanos: el hijo mayor, de 47, es un hombre capaz que a menudo sustituye a su padre cuando él no puede intervenir.
-Leovigildo de Jovellanos: su segundo hermano, de 64 años, es Cardenal de Sevilla.
-Juan de Jovellanos: su hermano menor, de 58 años, es un Maestre de la Orden de Santiago y Secretario Real.
-Tomás de Jovellanos: nieto de Manuel, de 22 años, es un joven enérgico y con ganas de actuar, y muchos dicen que sucederá a su abuelo directamente.
-Ana de Cruilles: su nuera, de 38 años, algunos sugieren que esta bella mujer ha sido la amante de Manuel, aunque nunca se ha probado.
No tiene hijos casaderos, pero si dos nietos y seis nietas.

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