sábado, 31 de julio de 2010

Personaje: Antonio de Alba

Nacido en 1246, en un soleado junio de Córdoba, Antonio era el tercer hijo de su familia. Como tal, su destino era o ayudar a su hermano Lucas en el gobierno de la Casa, o bien unirse a los Templarios... algo que repateaba a los Alba después de sus problemas con la Orden Militar. Además, la tranquila personalidad de Antonio lo hacía inadecuado para unirse a una unidad tan militar, y en cambio lo convertían en un buen consejero para su hermano.

Así pasó su infancia, un chico más o menos ignorado en una Casa de miliatares. Sin embargo el destino iba a dar una vuelta inesperada cuando a sus 24 años, su hermano mayor moriría en un accidente de caza. Estando ya Guzmán de Alba dentro de la Iglesia como asistente del Cardenal del Sur, Antonio tuvo que dar un paso al frente y aceptar el gobierno de la Casa.

Esto, sin embargo, causó numerosos problemas. ¡Un Alba que no era un guerrero liderándolos! ¡Y uno que gustaba más de leer y charlar que estar en un campo de batalla! Aquello, ciertamente, era inaudito en la historia de la Casa. Los Marqueses y los Condes estaban más que preocupados, y llegaron al borde de la rebelión en 1271, cuando varios de los más influyentes entre ellos se decidieron a alzarse contra su señor militarmente, y comenzaron a reunir a sus tropas en la ciudad de Sevilla, dispuestos a marchar sobre Córdoba.

Con el apoyo de diplomáticos Medinaceli, de sus propias habilidades como diplomático, y de una buena planificación, Antonio logró acallar el furor guerrero de sus vasallos prometiéndoles grandes beneficios por la toma de Granada y, con ello, el fin de la Reconquista. Eso los mantuvo acallados durante años, mientras las tropas cristianas una vez más se enfrentaban a las musulmanas. Años que el Duque empleó para ir hablando con los diferentes Condes para ir generando vínculos con ellos que pudiesen evitar que se repitiese el conflicto.

Finalmente, sin embargo, la Reconquista ha terminado, y el Duque de la Casa Alba ha tenido que otorgarles nuevas libertades y derechos a sus vasallos al completar la guerra, y tuvo que rechazar moverse él mismo a la ciudad de Granada, entregándola a sus vasallos para crear nuevos feudos. Tanta sangre derramada, y los nuevos privilegios, permitieron que los Condes y Marqueses permaneciesen en silencio unos años, lamiéndose las heridas y fortaleciéndose individualmente.

Sin embargo desde 1292 las cosas cambiaron, cuando el líder de la Casa Condal de Medina-Sidonia murió, sin heredero claro. Esto ha dividido a la Casa de nuevo por dentro, al menos no volviéndolos contra el Duque, pero sí apoyando a las diferentes facciones en el interior de la Casa de Medina-Sidonia en su conflicto. El Duque necesitaría un nuevo enemigo externo, o algo que de nuevo logre unir a las Casas, si no quiere tener una nueva potencial revolución contra su persona en unos pocos años.

Aspecto: Antonio de Alba es un hombre relativamente joven y vigoroso. Como es habitual en los Alba, su tamaño es relativamente grande, con hombros amplios y sólidos. Sus ojos son marrones, y miran a su alrededor siempre con curiosidad, por encima de una boca carnosa que permanece estoica la mayor parte del tiempo. Sus cejas pobladas le dan un aire rudo, que generalmente desmienten sus buenas ropas y la habitual presencia de algún libro en sus manos. Aunque porta espada, como todo noble, sus manos no muestran los callos de los que han dedicado su vida al entrenamiento con el acero.

Status: 7, Duque de la Casa Alba.

Personalidad: Antonio es un hombre tranquilo y paciente, habituado a que el mundo a su alrededor gire a una enorme velocidad. Es curioso y juguetón con aquellos con los que tiene confianza, aunque suele ocultar esta faceta de sí mismo pues sabe que sus propios vasallos la desaprobarían. Lo que sí está claro es que tiene un pico de oro mucho más desarrollado que la mayor parte de los de su Casa, y aunque es un hombre fervoroso en su fé, no es un fanático sin cabeza. Al contrario, tal vez tiene demasiada cabeza para su propio bien.

Virtud: Culto.

Vicio: Silencioso.

Política:
El objetivo principal de Antonio, al que dedica sus noches sin dormir, es el de lograr la unidad de la Casa de Alba. Fragmentada y dividida como está, sabe que no puede conseguir nada, y que acabará destruyéndose en sus conflictos internos. Sin embargo, cada intento y cada acción son saboteadas por la falta de respeto de sus vasallos, y cada vez está más contra las cuerdas. Intenta conseguir esa unión como mejor puede, y no ceja en su empeño sin embargo.

Familia Relevante:
-Guzmán de Alba: su hermano mediano, Cardenal de Burgos.
-Clara de Medinaceli: su esposa, de 32 años, es una belleza callada y tranquila, que raramente habla si no hay necesidad.
-Rodrigo de Alba: su tío, de 54 años, es un sólido guerrero, un clásico miembro de su Casa, y un cínico con respecto a su sobrino.
-Iñigo de Alba: su hijo mayor, de 17 años, está comprometido con una dama Medinaceli, y es un sólido guerrero, aunque también ha heredado parte de la personalidad tranquila de su padre. Odia al Duque Jorge de Medinaceli porque sabe que su prometida está enamorada de él, lo cual ha fomentado una tensión que ni él mismo comprende bien.
Antonio de Alba tiene otro hijo e hija casaderas.

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