jueves, 23 de febrero de 2012

Caballeros Errantes

Pese a la visión romantizada por los populares cantares de gesta y las novelas de caballerías, hay muchas razones por las que los caballeros de las distintas Casas se vuelven errantes, y no todas demasiado nobles. Pueden haber decidido partir en peregrinaje a los Santos Lugares, o quizás para aprender de distintos maestros, o a hacer gestas y ganar gloria y renombre... pero también puede ser que su Casa haya perdido sus tierras, o que hayan sido expulsados y exiliados de la misma, o quizás hayan tenido problemas con sus antiguos camaradas, o que su Casa se quedase sin tierras y busquen unas nuevas. Pero, sea como sea, ahora todos ellos se ganan la vida de algún modo, y eso los define.

Muchos de ellos se ganan la vida de la única forma que saben: con la espada. Se juntan con otros de su estilo y forman compañías mercenarias, o la ponen a disposición del mejor postor para torneos, duelos o como guardaespaldas. También a menudo son los encargados de mancharse las manos con las cosas que luego las Casas negarán.

Un segundo grupo toma el camino oscuro de ese, y finalmente se entrega al bandidaje y el saqueo, atacando pueblos y granjas desprotegidas o vendiendo sus servicios como asesinos a sueldo. En tiempos de guerra y conflictos como estos que Hyspania atraviesa, sus servicios nunca carecen de demanda, y son los responsables de empañar tanto la imagen de los caballeros errantes entre la población llana.

También existen aquellos que simplemente buscan entrar a formar parte de una nueva Casa, ofreciendo sus servicios de modo permanente a la espera de que eso les consiga un lugar a su mesa. Normalmente estos buscan a las más poderosas Casas o a las más necesitadas, esperando con eso ver mejorada su condición.

Finalmente, los más errantes suelen ser los dedicados al aprendizaje y la gloria. Normalmente son caballeros jóvenes, recién ungidos y todavía con una visión demasiado idealizada de la caballería en un Reino donde el honor está deslucido. Normalmente van de un pueblo en otro, buscando maestros o aprendizaje, y oportunidades para obtener gloria. Y, generalmente, se dedican más a la fiesta que a otra cosa.

Hay numerosos caballeros errantes conocidos en Hyspania, tanto para bien como para mal. Desde Alfonso Yáñez, líder de los Perros de Torres, a Gabriel Lanzón el "Caballero del Olivo Roto" un infame asesino que vende sus servicios al mejor postor, o Francisco Valdios "El Caballero del Cofre" quien se dice que derrotó a veinte bandidos y salvó una villa de la quema él solo.

En cuanto al tratamiento, dado que son Caballeros reciben el trato que corresponde a los caballeros de menor rango, porque al fin y al cabo son nobles. O, al menos, eso es lo que se espera. Sin embargo, aquellos que causan problemas o son débiles a menudo son tratados con rudeza incluso por aquellos por debajo de su posición, especialmente si causan problemas o abusan de los campesinos. Y los nobles tampoco los tratan mejor, ya que a menudo los caballeros errantes son una fuente importante de problemas en cualquier feudo en el que se encuentren. Por tanto, la suya es una posición complicada en Hyspania, con poder pero a la vez con mucha debilidad. Pueden inspirar miedo a muchos (al fin y al cabo, llevan espada), pero a la vez también mucho resentimiento, desconcierto y precaución, y es contra quienes los campesinos más fácilmente encuentran valentía para enfrentarse a ellos. Especialmente si van solos.

1 comentario:

  1. Es importante hacer notar que los trovadores no son considerados por nadie como caballeros errantes, sino que son vistos como caballeros de sus Casas correspondientes.

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